Hace mucho tiempo, en un día del cual quizás no recuerdo muchos detalles; sólo recuerdo que de los labios de mi mamá recibí la noticia que mi hermano adorado, más bien conocido como “El Turtu” iba a ser padre. En el momento la noticia me dejó un poco perplejo, no podía nisiquiera creerlo. Ése mismo al que: yo tanto defendía, cuidaba de las tundas de mi mamá cuando niños, compartí años en el mismo colegio y universidad, acompañé en jornadas (friísticas, buchacarísticas, dominoesísticas, futbolísticas), le enseñé talentos para tirar números, admiré siempre cuando de fútbol se trataba; ahora recibía en sus manos el rol de ser padre. En ese momento, me sentí un poco confuso y raro; mi hermano estaría pues frente a una responsabilidad muy grande y en ese segundo no veía lo maravilloso que también significaría para todos, en especial para él y para mi. Recuerdo que tan pronto quería confirmarlo de su propia boca, y un dia viendolo dar clases de talento en la buchacara a...