Un poco de ciencia delgadita.
Ahora mismo les cuento que me encuentro en pleno vuelo a 15 mil pies de altitud y a bordo de un avión articulado R1, con destino a la estación Joe Arroyo en la ciudad de Barranquilla.
En esta ocasión inicio por contarles que como era de esperarse, la anterior publicación resultó un poco incomoda para gente que está acostumbrada a alimentar su intelecto con ciencia de la que viene en envase con presentación tetra-pack.
Su propósito no era ser popular ni nada por el estilo, por el contrario; sólo buscaba que algunos de mis amigos y compañeros que aún guardan cierto apetito por ciencia de la verdaderamente gruesa, tuvieran la oportunidad de disgustar un modesto plato con algunas matices propias de ese preciado alimento. En últimas, todo es cuestión de convertirme en un nutricionista opensource del intelecto.
No siendo más, me dispongo a compartir un acertijo de ciencia bien delgadita, que seguramente resultará mucho más del agrado para el típico auxiliar de cabina común, quien tradicionalmente lleva una dieta de ciencia bien fitness.

38
ResponderBorrar