Vuelve el piloto.
Ya ha pasado más de un año desde la última vez que escribí algo en este espacio. El inicio de este periodo de tiempo estuvo marcado por la firme decisión de abandonar las actividades laborales que realizaba para una compañía ---cuyo nombre no es relevante mencionar--- en conjunto con el grupo de amigos de ciencia y sabor más cercano que hasta la fecha dispongo.
La decisión de abandonar la cancha del majestuoso River para instalarme como un jugador de un húmilde club que estaría disputando cuatro campeonatos ---con una duración alrededor de 5(cinco) meses cada uno--- de manera continua en la cancha de Boca y con una hinchada reducida, se asemejaba un poco con la arriesgada decisión tomada por mi amigo Neymar Antonio de dejar al equipo de Ligao Messi para ir a armar su propia patota en el club parisino.
Esas cuatro temporadas me dejaron muchas cosas positivas, no voy a entrar en detalles de las cifras y los goles anotados a arqueros como Lucheti, Orión y Sara; no obstante, sí es importante mencionar que tuve la oportunidad de conocer a un par de amigos costeños como el Dr. Kiki Duarte ---quien siempre estaba como Joaquín Guillén--- y el Sr. Justin Eduardo con quien se compartieron muchas experiencias pero pocas cervezas por su amor por tonificar nalguitas. También, hay que resaltar algunas amistades cachas como la de Julieth, Ivancho, "All Stars" y Robayo, entre muchos otros compañeros como "La Opita", "El Cacha Raul" y "El condor".
El traspaso a la cancha de Boca no sólo trajo beneficios en términos de goles de ciencia, cervezas y amigos, también me convirtió en un piloto mucho más maduro, tras colocar muchos motocarros a velocidad crucero alrededor de los 25000 pies de altura y desarrollar una mayor experiencia esquivando goleros de Malambo y Caracolí durante los descensos en el Cortissoz, especialmente en la última temporada y media donde notoriamente se incrementaron mis horas de vuelo. Sin embargo, también se vivieron algunas tristezas y frustraciones, momentos en los que la pelota no estaba redonda, y sólo me provocaba llegar al Holding de Avianca y pedir las llaves de un motocarro para traerlo a Quillita, y así finalmente poder volver a la Troja.
En este post, mi intención no buscaba hablar de ciencia ---por eso no se preocupen, que ahora está más crocante que nunca---, por el contrario su único objetivo es decirle a ese sector de la hinchada que me ha manifestado que me extraña mucho por estos lares, las siguientes palabras que espero sean de su agrado:
"El piloto ha regresado!!! Tripulación, inicie chequeo cruzado..."
Esas butifarras en soledad como que tienen finas hierbas :)
ResponderBorrarViiiir jajajajajaja
ResponderBorrarConoci a una gran persona con un gran corazon y amor por la ciencia....
ResponderBorrar